El mejor vals.

Mil emociones cantan al compás de la música que son tus latidos, mientras tus manos tocan el piano de mis costillas. Tú sonríes, yo sonrío. Nuestros ojos sonríen. Mis manos acarician tu pelo, se enredan en él, buscando ser ocultados bajo un color azabache. No hay ni un milímetro de nuestro cuerpo que no esté unido. Nuestras caderas bailan un vals, mientras los jadeos luchan por salir de nuestras bocas. Un escalofrío enorme recorre todo mi cuerpo. Y también el tuyo. Todo lo que yo siento, tú también lo sientes. Somos uno, desde hace mucho tiempo. No hay nada mejor que notar tu mano acariciando mi hombro, dirigiéndose hacia mi mejilla, donde el fuego prende y el color carmín lo cubre todo.

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