Cuando es amor, nada lo puede.

Y ahí estaba él, bajo la lluvia, siendo azotado por las gotas. su rostro reflejaba desesperación. Ya sabía lo que deseaba: que esos diez metros que nos separaban desaparecieran y que nuestros labios se reencontraran, fusionándonos en uno y prendiéndolo todo de fuego. No pude reprimirme más y salí corriendo a su encuentro, al refugio de sus brazos. En el momento exacto en el que nuestros cuerpos se tocaron, sus ojos se tornaron cálidos. Pronto noté su calor corporal. sus abrazos eran fuertes y dulces a la vez. La lluvia se intensificó, pero no tenía ya importancia para nosotros. Nada importaba. sólo nosotros y ese momento. Todo era perfecto. Al fin todo había acabado. Por fin éramos libres. Por fin podíamos estar juntos. Por fin podíamos querernos. Me di cuenta de que el amor es más fuerte que cualquier otra cosa, si es verdadero. "Te quiero"; me dijo. Mi corazón dejó de latir unos segundos para empezar con fuerza un spring de pums. Él lo notó y me besó de esa manera de la que sólo él sabía besarme.

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