Ojalá

Ojalá mi piel 
se erizase como antaño
cuando tus manos
escalan mi cintura.

Ojalá mi corazón 
se desbocara 
cuando la mueca de tu sonrisa
se esboza en tu mirada.

ojalá mi alma volara a la misma altura que la tuya
cuando nos fundimos en el sexo
(de ese que tú y yo sabemos)
perdidos entre las sábanas
y las agujas rotas de un reloj
que hace tiempo que dejó de perseguirnos.

Ojalá mi cerebro cortocircuitase
con el roce de tus labios,
con tus susurros a quemaropa
al quitartela
y sentir tu pureza.

Ojalá algún día vuelva a quererte tanto
(o más) 
que a mi misma.


Pero,
como siempre,
hay un pero.


Pero qué sería de mí
sin tu pelo titubeando entre mis dedos.
Sin tu boca escuchando la mía,
como dos cómplices que han construido su coartada.
Sin el susurro de tus letras
retumbando en mis tímpanos. 
Sin el sol acariciándonos la espalda.
Sin perderme en tu mirada.

Qué sería de mi corazón roto
sin tu hilo rojo
que me mantiene de una pieza.

Qué sería de mi camino 
si tus huellas
no estuvieran esculpidas junto a las mías. 

Que sería de mí 
sin ti.

Y tengo la respuesta:
No
lo quiero
saber.


El amor está sobrevalorado.
Lo hemos superado. 

Ya no somos locos enamorados.
Somos cuerdas que no ahogan. 

Somos
compañeros
de vida.


Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario