Para que sentir,

si el sentir destroza el alma.



Para que quererte,

si ya se acabó aquella sonata,

si los versos dejaron de ser besos,

y tú me cortaste las alas.



Para que llorar, 

si los ríos se secan.

Para que sangrar si el rojo de tus labios sigue tatuado en cada poro de mi cuerpo.



Para que reír si la risa se acaba, es efímera.

Como aquellos paseos en los que las olas jugaban a saltar nuestros pies.



Y tú pelo...

Que fragancia del Olimpo ajetreado en una calle de Nueva York.



Mi musa, mi inspiración.

Vuelve, por favor.

Necesito tinta para este manuscrito.

Necesito verte y sentir el vértigo.

Necesito tu mano en mi mejilla diciéndome que todo irá bien, que solo tengo que respirar, que tu emprendes el vuelo. 



Necesito tus dedos acariciando el piano,

tú viz,

sonando

de fondo

y tú son(risa) a mí espalda.



Te necesito a ti.

Pero tú

ya no estás.

Y no piensas volver.

Y yo volviéndome loco cada amanecer pensando en tus ojos.



Tus ojos, 

mis ojos

El mar.

La vida que no volverá

El tiempo no va marcha atrás



Y dime

amor,

para que vivir

si la vida se va a acabar.

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