Me duelen las manos. Las miro y solo veo hilos, cuales no consigo adivinar de donde vienen. Como a una marioneta, me hacen andar, retroceder, arrodillarme. Como a una marioneta me controlan. ¿Quién? No lo sé con exactitud. Pero se preocupan de cada paso que doy. De vez en cuando, oigo el rasgar de un bolígrafo contra un papel, y acto seguido, un alto susurro de voces que inunda toda la estancia. Apuntan mis logros. Y así continuamente, sin parar, una y otra vez...




La confusión me aturde, el ansia de libertad me erosiona por completo. Tiro de las cuerdas, y consigo romperlas. No oigo nada. No hay voces. Así que corro, corro lo más rápido que puedo. Me encanta la sensación de no estar sujeta a nada. A nada. El viento acaricia cada palmo de mi cuerpo. A lo lejos veo una rotura en la tierra. Quiero ir. Quiero saltar dentro y ver donde me lleva. La adrenalina se difunde por todo mi cuerpo, sin dejar ni un centímetro sin embriagar con su sensación. Cuando estoy a escasos diez metros, los susurros vuelven. Y yo me freno en mi lucha por saltar. Sus voces ahora son nítidas. Familiares, pero aún así irreconocibles. "Para. No saltes. Estúpida, te harás daño. Te arrepentirás. No sabes lo que haces". Eran dos voces que se alternaban para prohibirme morir. Pero yo quería,cada vez lo deseaba más. Hasta que las ganas de volver a sentir la adrenalina en mi cuerpo me hizo moverme. En los primeros pasos, las voces se alteraron, sonaban rugidos como eco, pero apenas las oía ya. Eran tan sonoras como la brisa al chocar contra los árboles. Me encontraba al borde del precipicio, dispuesta a caer hasta donde fuera necesario. Al fondo, atisbaba una pequeña pero hermosa luz. Las voces, apenas audibles, sollozan, se lamentan. Las ignoro y dejo que el vacío me abrace. Tan suave que parecía irreal. Tan suave, que caí en el sueño más profundo





A través de mis párpados, noté la claridad. Poco a poco, abrí los ojos, acostumbrándome lentamente a la luz. Mi cuerpo estaba lleno de yagas y heridas. Apenas sentía poco más que la cabeza. Cuando mire mi cuerpo, estaba destrozado, y como cualquier marioneta, tenía hilos atados a las extremidades.


1 comentario:

  1. Bueno, me pediste por Ask que te diera mi opinión del blog, y aquí voy. No me he leído todos los textos, pero he hecho una hojeada rápida. La verdad, me gusta tu estilo, pero no soy de leer este tipo de blogs. Me van más las novelas. Pero bueno, este blog está muy bien y te felicito. Un beso.

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